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27 de mayo de 2011

Por la dignidad y contra el olvido: ¡No a Keiko!

Foto tomada por Alex Albornoz Molina (colaborador)

España, acerca a mí este cáliz

Francisco Luis Villanueva (colaborador)

España. Veo a España toda: Las Canarias, Santiago de Compostela, San Sebastián, Sevilla, Barcelona, Valencia, Madrid. La bella Madrid. La población española se suma entusiasta y solidaria a la enorme protesta denominada «15M». Veo la protesta en un informe de la televisión española (TVE) en lo que es: la víspera de sus elecciones para renovar sus ayuntamientos, sus municipalidades.
Esas imágenes inspiran, emocionan, producen envidia. Una sana y valedera envidia. Porque una envidia bien direccionada y pacífica, nos puede derivar a un accionar, a un proceder en legalidad. Porque un sentimiento de sublevación pacífico nace de situaciones extremas. Y en España, no me cabe duda, se está viviendo. Pero luego de sentir esto, siento además frustración porque no puedo decir que en mi país, en mi ciudad específicamente, nos unimos para protestar libre y pacíficamente. Protestar contra este Gobierno. El Gobierno de García.
Es inaceptable que no lo hagamos, cuando padecemos un Presidente como éste, que termina por los palos, anunciando sus obras con desmesurada pompa e inaceptable soberbia, como si nos hiciera un favor al hacer lo que está obligado a hacer con el dinero de los fondos públicos; mientras, por otro lado, su figura junto a la de su Gabinete terminan reculando desesperados por irse ya que se saben sumergidos en enormes fangos de corrupción.
Y todo esto es rematado por García y su desmesura indolente. Indolente frente al sentimiento de la gran mayoría de la población, sobre todo, frente al sentimiento de los peruanos en provincias.
Haciendo un paralelo con los madrileños, quienes empezaron su protesta en España, me pregunto ¿no tenemos dignidad los limeños? ¿No tenemos sangre en las venas? ¿Por qué esta desidia, esta resignación, esta cobardía silenciosa de la prensa televisiva, escrita y radial, de los intelectuales, de los ciudadanos de a pie? ¿Por qué callamos frente a tanta miseria política expuesta por quien se supone debe representarnos?
Afortunadamente, nos queda un escape frente a esa impotencia. Afortunadamente, un colectivo social (la Coordinadora de Derechos Humanos) convocó para el jueves 26 de mayo marchar y protestar PACÍFICA Y CONSTITUCIONALMENTE contra la candidatura del fujimorato, contra la posibilidad de ser gobernados por esos que robaron, mataron y enlodaron de la peor forma la conciencia y el alma cívica de millones de peruanos. No de todos. Nunca olvidemos eso.
(Más de 20 000 personas salieron a protestar de manera pacífica, mientras los transeúntes aplaudían y felicitaban a todos los ciudadanos que allí marchábamos por la dignidad y contra el olvido. Política&Viajes estuvo allí y elevó su voz).


         ¡San Marcos no se olvida!

Por Grace Gálvez Núñez

El miércoles 25 de mayo los sanmarquinos presentaron una exposición que mostraba todos los delitos de lesa humanidad cometidos por el Gobierno de Alberto Fujimori, en los exteriores de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas. Asimismo, los estudiantes realizaron diversas actividades artísticas para protestar contra la candidatura de Keiko Fujimori.

Sanmarquinos recordando la denuncia de las torturas sufridas por Susana Higuchi, propinadas por Alberto Fujimori.


La voz de San Marcos

Víctimas del régimen tirano de Albeto Fujimori

Fotos de la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Detrás de ellas, un sanmarquino relataba los testimonios de las víctimas del terrorismo.

Estampados gratis para no olvidar


Recolección de firmas en un padrón de la ONPE en pro de la iniciativa ciudadana de reforma constitucional y legal que establece la imprescriptibilidad para los delitos de corrupción.

13 de mayo de 2011

Pablo Neruda sí fue asesinado

 
Casa de Pablo Neruda en Isla Negra. Al extremo derecho de la foto está su tumba, donde descansan sus restos junto a los de su esposa Matilde Urrutia.

 «Lo único que quiero antes de morir es que el mundo sepa la verdad»

Por Grace Gálvez Núñez

Estos últimos días ha circulado la noticia de que el gran poeta Pablo Neruda fue asesinado y no murió debido al cáncer que lo aquejaba. La denuncia proviene de Manuel Araya Osorio, asistente personal del vate durante su último año de vida (1972-1973). Esto sin duda revuelve la historia de Chile y acongoja los corazones de los nerudianos del mundo.
«Lo único que quiero antes de morir es que el mundo sepa la verdad: que Pablo Neruda fue asesinado», suplicó Araya, y sus deseos fueron por fin escuchados y hechos públicos gracias al periodista Francisco Marín, de la revista mexicana Proceso.
Pero ¿cómo habrían matado a Neruda? Según narra Araya, el 23 de setiembre de 1973 el Nobel contó preocupado a su esposa Matilde Urrutia que mientras dormía (en una habitación de la clínica Santa María), entró un doctor y le colocó una inyección en el estómago. Horas después, Pablo Neruda dejó de existir. ¿Coincidencia?
El testigo aseguró que antes de aquel incidente, el poeta estaba «en excelente estado, tomando todos sus medicamentos. Todos eran pastillas, no había inyecciones». Sin embargo, luego de la misteriosa inyección «estaba muy afiebrado y rojizo (…). Entonces le vemos la guata (el estómago) y tenía un manchón rojo».
Curiosamente, momentos más tarde, un médico solicitó a Araya con urgencia que compre una medicina fuera de la clínica y le dio la dirección exacta a donde debía dirigirse. Allí lo esperaba un grupo de malhechores que lo golpearon brutalmente, le asestaron un balazo en la pierna y lo torturaron hasta dejarlo moribundo.
La Fundación Neruda al rescate. Inmediatamente después de que esta entrevista diera la vuelta al mundo, dicha Fundación envió un comunicado de prensa en el que descartó que exista evidencia que indique que Pablo Neruda haya muerto «por una causa distinta del cáncer avanzado que lo aquejaba».
«No parece razonable construir una nueva versión de la muerte del poeta, sólo sobre la base de las opiniones de su chofer, el señor Manuel Araya, quien viene insistiendo en este asunto sin más prueba que su parecer. Nos parecen mucho más serios y confiables los testimonios de las personas que estuvieron junto a Neruda en sus últimos días de vida, especialmente el de su viuda, Matilde Urrutia, quien en su libro “Mi vida junto a Pablo”, entrega una versión que consideramos fidedigna sobre la muerte del poeta», sostienen.
Es cierto que Matilde, en dicho libro, dio la versión que todos conocemos respecto al fallecimiento del bardo y no habla de ningún asesinato o intento de él. También es cierto que fue ella quien protegió y conservó el legado de Neruda, y luchó contra la dictadura de Pinochet. Sin embargo, Araya asegura que ella sabía de lo sucedido, pero no quiso hacer denuncia alguna.
«Si inicio un juicio me van a quitar todos los bienes», le habría dicho la viuda, quien posteriormente puso fin a la relación amical con el asistente de su esposo, aduciendo que el problema no era de su incumbencia. Todos sabemos que Matilde Urrutia defendió hasta el final el patrimonio de Pablo Neruda y a ella le debemos que ahora cientos de personas podamos visitar sus tres casas convertidas en museo, en Chile.
            Pero esto no es todo. El asistente del vate también denunció que el último deseo de Neruda era que «la casa de Isla Negra quedara para los mineros del carbón (…). Pero la Fundación (Neruda) se apropió de su obra y no ha concretado ninguno de sus sueños. A ellos sólo les interesa el dinero». (Esto último me consta. En mi visita a las casas de Neruda, observé mucho lucro y poca poesía).
En fin. Este es un caso que debe seguir su curso en los tribunales chilenos. El diputado y presidente del Partido Comunista de Chile, Guillermo Teillier, ya tomó cartas en el asunto y declaró que jamás se ha investigado la muerte del poeta ni se le ha realizado una autopsia. ¿Existiría la posibilidad de que exhumen sus restos, tal como se pretende hacer con el ex presidente chileno y amigo personal de Neruda, Salvador Allende?
De todo esto algo es cierto e innegable: a Pablo Neruda sí lo mató la dictadura. Si bien el poeta padecía de cáncer a la próstata, su enfermedad se aceleró fatalmente debido a todo el horror, la destrucción y los crímenes generados por el golpe militar de Augusto Pinochet.
«Escribo estas rápidas líneas para mis memorias a sólo tres días de los hechos incalificables que llevaron a la muerte a mi gran compañero el presidente Allende. (…) Aquel cadáver que marchó a la sepultura (…), aquella gloriosa figura muerta iba acribillada y despedazada por las balas de las ametralladoras de los soldados de Chile, que otra vez habían traicionado a Chile», narra tristemente Neruda en su autobiografía Confieso que he vivido[1].


[1] Pablo Neruda, Confieso que he vivido, Losada, Argentina, 1975, pp. 168-169

1 de mayo de 2011

Destruye un libro...

 «Con tus propias manos»


Descripción del programa (tomada de la página de Movistar):
Este es un espacio donde el ama de casa puede aprender a hacer diferentes tipos de manualidades, desde el tejido hasta la pintura en vidrio, con una mirada artística. Las artistas Claudia Salem y Muss Hernández nos ofrecen herramientas para encontrar algo más que un hobby, quizá el inicio de un negocio propio.

Por Miguel Angel Villanueva

En la televisión he visto cosas impresionantes, tontas, insignificantes, absurdas, innecesarias, grotescas y graciosas. Pero lo que presencié en un programa del canal FEM (canal 14) fue una de las más increíbles. ¿Qué sucedió? La destrucción de un libro ante cámaras con la finalidad de convertirlo en una «obra de arte».
Me resultó chocante ser testigo de la ignorancia exhibida en la televisión por cable: la abnegada e ilusionada conductora Muss Hernández, en el programa «Con tus propias manos», destruyó un libro «viejo» para convertirlo en una «escultura» con forma de mariposa.
Pertenezco a una generación en la que se creció con libros, se estudió con ellos y nuestros padres nos los leían antes de ir a dormir. Durante mi etapa escolar investigaba con ellos y disfrutaba de su olor a nuevo.
Crecí con la idea de que el libro es una herramienta importantísima en la educación y cultura personal, cualquiera sea el texto, materia o curso. Ver que se destruya un libro durante la trasmisión de un programa supuestamente cultural y de manualidades, es realmente inadmisible e imperdonable.
«¡Qué “FEM” está nuestro libro», manifestó satisfecha Claudia Salem (la otra conductora). «Somos una fábrica de ideas en este programa», complementó finalmente Muss Hernández.
A la productora del espacio le recomendaría un taller en el que se enseñe a restaurar libros, no a destruirlos. Sin duda, un canal que pretende ser una ventana para todas las mujeres peruanas no puede estar representado por este par de personas.
Cabe mencionar la brillante participación de Elena Torres y Elizabeth Retamozo, encargadas de la asesoría en técnicas (¿artísticas?). A ellas les planteo que construyamos en vez de destruir una verdadera obra de arte: el libro.
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