La mala educación
Por Grace Gálvez
«Por un Medio Hambiente sin CONTAMINACION». ¿Cuántas violaciones a las reglas ortográficas del español puede detectar en este anuncio verídicamente publicado por una entidad estatal?
Un error salta a la vista: es inevitable no espantarse por esa h abominable. Sin embargo, el uso indiscriminado de las mayúsculas también es un yerro común, así como la ausencia de la tilde en la palabra «contaminación», pues, a pesar de estar en altas, debe respetar las normas de tildación.
Estas fallas son muy cotidianas y ahora las podemos apreciar por doquier en esta inundación de propaganda política plagada de horrores ortográficos y gramaticales. No obstante, nos parece normal leer un anuncio como «¡A Los VIOLADORES Les Llegó La Hora!», pues a simple vista comprendemos el mensaje.
Entonces, ¿para qué preocuparse de escribir correctamente? El uso correcto de nuestro lenguaje no sólo demuestra nuestra cultura y buena instrucción, también contribuye a que podamos conservar sus reglas y estándares para que así no se tergiverse y terminemos todos sin entendernos.
Después de todo, ¿no son acaso las palabras las que usamos a diario para expresar nuestros pensamientos o sentimientos? Considero que todo aquel que no conozca las reglas ortográficas y gramaticales básicas de su propio lenguaje, es una persona incapaz de comunicarse correctamente con los demás.
Aquí tenemos algunos ejemplos de lo que se puede leer en los gigantescos paneles publicados por algunos aspirantes al Congreso: «Cómo el mediodía clara y sin sombras», «Son nuestras, son sanas... valóralas! La Profe. Antonietta», «TIA JULIA. La SUPER DEFENSORA de los Niños, REGRESA...», «La mitad La quiere. TODOS la respetan. Lucha cuculiza», «Defenderé los Derechos de la Familia "Con Dios el Perú será Grande"», «Chris castillo Congresista joven. Este panel no me lo tumban ! Sorry, pero la Verdad es Primero!»
Quienes hayan recibido un shock cerebral, me comprenderán. Analicemos: ¿por qué se tilda el adverbio de modo «como»?, ¿por qué se obvia la abertura del signo de admiración?, ¿por qué se usa tan descontroladamente las mayúsculas y se omite a la hora de escribir un apellido?, ¿por qué se le pone un punto al término de la palabra «profe» como si se tratara de una abreviatura?, ¿por qué no tildan las palabras «tía» ni «súper»?, ¿por qué se deja un espacio entre una palabra y su signo de admiración?, ¡¿por qué Dios, por qué?!
Si quienes desean fervientemente representarnos como máximas autoridades del Gobierno maltratan al lenguaje de esta manera, ¿qué se puede esperar de los demás? ¿Tomamos esto en cuenta a la hora de votar? ¿Qué ejemplo nos están dando?
Propongo que pongamos especial atención a nuestra ortografía y gramática de ahora en adelante. Demos el ejemplo. No basta con leer mucho como se recomienda siempre, sino que debemos practicar la redacción: escribir. Y puede comenzar con sus conversaciones vía Messenger, por ejemplo. Nada le cuesta dejar de «abreviar» palabras.
Después de todo, ¿qué sería de la humanidad si no pudiésemos entendernos entre nosotros?
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