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22 de abril de 2011

Up and Coming Tour

Paul McCartney en Buenos Aires (Argentina) el 10 de noviembre del 2010.

Paul McCartney llega a Lima


Por Miguel Angel Villanueva

Llegó por primera vez a Lima. Paul McCartney ofreció su concierto en un pequeño coliseo. Sin embargo, durante la prueba de sonido, hubo una serie de desperfectos técnicos. Llegó un momento en que la gente comenzó a retirarse del lugar. Increíble, pero así ocurrió.
Paul —motivado por su buen carácter y para no desilusionar al frío público limeño— de inmediato puso en marcha un plan de contingencia: reparó toda falla que encontró en el escenario con la consigna de no dejar una pésima impresión en Lima, a pesar de no ser culpa suya, sino de los organizadores del evento.
Al ver esta reacción en Paul, el público peruano empezó a volver al local y a sus asientos. Apreciaron el esfuerzo del beatle, que estuvo preocupado por la maquinaria deficiente del pequeño coliseo. La sala, que quedó casi vacía, se llenó nuevamente. Un artista de la clase de Sir Paul McCartney no podía defraudar jamás a su público, en la vida, nunca.
Tuve la oportunidad de hablar con él. Quería saber qué había pasado. Entonces Paul —con su español esforzado y bien intencionado para obtener una buena comunicación— accedió a darme la mano. Me saludó y pude tomarme una foto con él. ¡Extraordinario! Cumplí mi máximo deseo. Mi hermano también llegó y le dio un gran abrazo. Paul mostró buen humor ante nuestros sinceros y especiales saludos como fans.
Efectivamente, tuvimos el privilegio de presenciar la prueba de sonido una vez que se arreglaron los desperfectos. Recuerdo el tema «A routine day» del grupo inglés Klaatu, interpretado muy bien por nuestro querido Paul. Al terminar el soundcheck, quise preguntarle sobre la historia en torno al tema, que se creyó era de los Beatles. Los críticos aseguraban que los cuatro grandes de Liverpool habían vuelto al circuito musical en 1978 —luego de 8 años de separación— con dicha canción. Ante mi insistencia, Paul me pidió que lo espere, pues andaba ocupado.
¡Qué felicidad haber conocido a un ídolo real! Fue inigualable. Fantástico. Fue tan fantástico que… desperté. Se trataba de un sueño. Un sueño producto de mi ansiedad y emoción por saber que Paul McCartney vendrá a Lima y lo veré nuevamente, pero esta vez —y al fin— en mi Perú.

Paul en Buenos Aires: un artista noble

Nada más sublime, celestial e inexplicable me sucedió el 10 y 11 de noviembre del 2010. Luego de años de conocerlo a través de su música, documentales e interminables lecturas sobre su vida y obra, pude concretar esta cita esperada desde mi niñez: ver a un beatle en vivo y en directo, y por partida doble. Fue visible, palpable, único, majestuoso y sobrenatural.
Cuando supe que Paul no vendría a Perú en su gira por Sudamérica, tomé el primer avión a Buenos Aires. Tuve la suerte de presenciar los dos días de concierto. El estadio River Plate lució lleno, parejo, desbordante, inquietante y, sobretodo, cálido para con el ídolo. Dentro de este contexto musical fue interesante analizar al gran Paul. Y lo más impresionante de todo fue justamente eso: todo.
Me sorprendió que Paul, durante tres horas de espectáculo, no tome ni una gota de agua. Se fue un par de veces del escenario casi al final del evento, para luego volver y atender a las más de 50 000 almas que clamaban, delirantes, su retorno.
Si tuviera que calificar el comportamiento de Paul McCartney en escena con una frase, esta sería: respeto por sus fans. Paul quiere retribuir sobremanera el cariño que le brindan sus millones de seguidores. Él necesita conectarse con ellos, interactuar. Esto se evidenció cuando contestaba entusiasmado a cada grito. Inclusive, cuando el público le coreaba barras, se detenía, se agarraba la barbilla, escuchaba con atención y asentía con alegría.
«Hoy voy a hablar español... pero voy a hablar más en inglés», explicó Paul al inicio del concierto. Fue emocionante oírlo hablar castellano, pues muy pocas veces lo hace. Esta fue mi oportunidad de escucharlo hablar mi idioma. Sentí una tremenda satisfacción por ello.
Ese es Paul McCartney, no «Macca» como pésimamente lo llaman algunos medios. Es un artista sencillo y noble que sólo quiere seguir compartiendo su música con quienes lo aman, con quienes lo admiran. Con nosotros que lo conocemos: sus amigos.
Considero que en Perú interpretará una lista de canciones similar a las que tocó en Buenos Aires. Con la experiencia previa que tuve en esa fascinante ciudad argentina, tengo la seguridad de que aquí nos espera un espectáculo impresionante. Si usted es uno de los afortunados en haber adquirido una entrada —ya sea lejos o cerca del escenario— pues no volverá a ser el mismo después del concierto. Lima no volverá a ser la misma. Mi país no volverá a ser igual.

3 comentarios:

  1. Parece que el señor periodista es un hincha asérrimo de Paul. Muy buen articulo!. esperemos pues que Sir McCartney pueda satisfacer una vez mas a sus fans enamorados! Saludos desde Jacksonville, FL.
    Leslie Wood

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  2. Paul debe tener una sorpresa para nosotros. Quisiera que me haga llorar cuando toque HELLO GOOBYE, o PLEASE PLEASE ME, ojalá lo haga... pero creo que igual todos lloraremos si escuchamos alguna interpretación, cualquiera que sea. Tener a Paul y sentir que realmente todos somos uno será una experiencia inolvidable,
    Saludos.

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